Damas y caballeros, se acabó el Giro. Las veintiuna etapas
que componían la edición de 2014 de la carrera ciclista más importante de Italia
han servido para ver al colombiano Nairo Quintana subido en lo más alto del
cajón.
Tras la disputa de la jornada dominical en Montecampione, con
victoria a lo grande para el sorprendente Fabio Aru, se cerraba la segunda
semana de competición y el Giro entraba en su tercera y definitiva semana. Y lo
hacía en las Dolomitas, una cordillera alpina que se ha convertido en la seña
de identidad de cada una de las ediciones del Giro. Las Dolomitas son sinónimo
de dolor de piernas y de espectáculo. Una zona colmada de puertos largos con
rampas descomunales. A eso se enfrentaba el pelotón en esta tercera semana.
La mejor etapa, de largo
El lunes tuvo lugar la última jornada de descanso en la que,
obviamente, nada reseñable sucedió. Al día siguiente se disputaba la etapa más
corta del Giro. Tan solo 139 kilómetros pero con tres monstruosidades por
delante: el Gavia, el Stelvio y la subida final a Val Martello. Hacía varios
días que se rumoreaba la posibilidad de recortar la etapa. Anular las subidas a
los dos primeros puertos y dejar solo la ascensión a Val Martello debido al mal
tiempo. Después de muchas especulaciones se decidió correr la etapa entera, una
jornada durísima en la que los ciclistas pasaron por el Gavia entre paredes de
hielo y en la que tuvieron que sufrir el frío, la lluvia y hasta la nieve. Buen
día para usar la rebequita.
En la subida al Stelvio el Movistar aumentó el ritmo y
consiguió aislar al líder, Urán. Una vez coronado el puerto, la polémica. La
organización del Giro cuelgó un mensaje en Twitter en el que anuncia la
neutralización de la bajada, técnica y peligrosa. Poco después borró el
mensaje. Mientras, Radio Corsa, único medio oficial en cuanto a toma de
decisiones, anunció que no se neutralizaría la bajada, que únicamente las motos
señalizarían las zonas más peligrosas de la misma. En cualquier caso, un grupo
de corredores, entre los que se encontraban tres hombres importantes de la
general; Quintana, Rolland y Hesjedal, aprovechó el descenso para dejar atrás
el pelotón. Gregarios como Sicard o Gorka Izaguirre hicieron un trabajo de
aproximación a Val Martello sobresaliente para sus líderes, Rolland y Quintana.
Estos hombres llegaron a pie del último puerto con 1´40” aproximadamente con
respecto al grupo de la maglia rosa. Pero aún quedaban 22 kilómetros de
subida. Nairo asumió el reto y encabezó el grupo de los escapados que pronto
engulleron a Darío Cataldo quien, hasta ese momento, encabezaba la carrera. En
esos últimos kilómetros, Quintana aumentó el hueco con los demás favoritos y se
llevaba la etapa a pesar de la magnífica resistencia mostrada por Hesjedal que
se quedó en las rampas más duras del puerto, a tan solo un kilómetro de meta.
Cuatro minutos le cayeron a Urán y un poco menos al resto de favoritos.
Quintana se vestía de rosa y dejaba el Giro casi sentenciado. Por su parte
Rolland y Hesjedal se metían de lleno en la lucha por el podio.
La metaescapada de Pirazzi
En Bardiani corre Stefano Pirazzi, un escalador italiano de
veintisiete años que pasó a profesionales en 2010. Desde entonces lleva
metiéndose en fugas de manera indiscriminada. Para Stefano cualquier día es una
oportunidad para probarlo, incluso cuando no tiene ninguna oportunidad de poder
llevarse la victoria. Su actitud valiente, despreocupada y suicida unida a su
aura de eterno perdedor le hacen ser un ciclista encantador. Por eso, cuando
Pirazzi se impuso el miércoles en la llegada de Vittorio Veneto y estrenó su
casillero de victorias como profesional, me alegré mucho, porque lo merecía más
que nadie.
Y además ganó a su manera. Creando lo que podríamos llamar la
metaescapada o lo que es lo mismo: la escapada de la escapada de la escapada.
En primer lugar se metió en una fuga numerosísima. Después, se metió en la
selección final de la escapada junto con cuatro corredores más: el favorito De
Gendt (Omega), quien seleccionó el grupo de escapados, Wellens (Lotto),
McCarthy (Tinkoff) y Montaguti (Ag2r). Finalmente, a falta de un kilómetro
Pirazzi atacó, los otros cuatro se miraron pero nadie se decidió a perseguirlo.
Así, por fin, pudo levantar los brazos para celebrar la victoria pero, es tal
la falta de costumbre del italiano en estas lides que se lió y acabó
celebrándolo con un poco elegante corte de mangas. Con lo fácil que hubiese
sido colocarse el maillot para mostrar el patrocinador del equipo, abrir los
brazos, señalar al cielo o repartir besos.
Enhorabuena, Pirazzi, pero no te acostumbres a ganar o
perderás el encanto propio de los eternos perdedores.
Azul intenso en Panarotta
Al día siguiente, nueva etapa dolomítica y como es habitual
en la tercera semana de las grandes vueltas, fuga numerosa en la que no aparece
ningún corredor importante de la general. En este caso concreto, el Movistar
del líder Nairo Quintana no trabajó lo suficiente como para echar la fuga
abajo. Así pues, desde bien pronto se sabía que los escapados se jugarían entre
ellos la victoria parcial.
De Gendt comandó nuevamente la etapa durante varios
kilómetros en solitario como ya hiciera el día anterior. Tras varios ataques e intentonas
dieron caza a De Gendt y se jugaron el triunfo de etapa cuatro corredores;
Cataldo, el mejor corredor del nueve de un devaluado Sky, equipo que esta
edición del Giro solo ha mostrado pinceladas; otro ciclista de Sky, Deignan; y
dos colombianos, Duarte (Team Colombia), que ya fue segundo en Montecampione y
Arredondo (Trek), diminuto ciclista pero a la vez enorme vestido con la maglia
azzura que le acredita como el mejor escalador del Giro. Como no podía ser
de otra forma, en un Giro con intenso aroma a café colombiano, fueron Arredondo
y Duarte quienes hicieron primero y segundo en la etapa imponiendo su condición
de escaladores sobre los hombres del Sky. Doble premio para Arredondo en el
Rifugio de Panarotta que además de cruzar el primero la meta, consolidó
definitivamente su camiseta azul de rey de la montaña. Ahora, para llevarse ese
premio solo tendría que llegar hasta Trieste.
Entre los favoritos, más de lo mismo. Gregarios marcando el
ritmo de la ascensión y una lacerante falta de ataques hasta que a falta de
pocos kilómetros lo probó Rolland, que consiguió abrir un hueco que el resto de
favoritos no pudo cerrar hasta pocos metros antes de cruzar la línea de
llegada. Los damnificados: Hesjedal, Kelderman y sobre todo, Evans. Los demás
llegaron juntitos y casi cogidos de la mano. Poco espectáculo para lo que
demanda el rosa. Al menos ganó Arredondo, que también se lo merecía por todo lo
mostrado en este Giro.
El rosa es mío
El recorrido del Giro 2014 presentaba unas últimas etapas muy
duras. Una de ellas la cronoescalada al Monte Grappa. Casi treinta kilómetros
en solitario, los primeros siete prácticamente llanos, los cerca de veinte
restantes en continua ascensión con porcentajes bastante duros.
Es en esta etapa donde Quintana había decidido que se
acabaría el Giro, que no merecía la pena llegar al Zoncolan con todo por
decidir porque luego vienen las sorpresas desagradables, te levantan el rosa en
la última jornada complicada y se te queda cara de tonto. Así que Quintana sacó
la apisonadora en el Monte Grappa y aplastó, uno a uno, el tiempo de todos sus
rivales. Miento, el tiempo de todos sus rivales excepto el de un impresionante
y asombroso Fabio Aru que hasta el último momento le disputó el triunfo de
etapa al colombiano. No lo consiguió pero al menos su maravillosa actuación le
valió para subirse al tercer cajón del podio, lugar que ya no abandonaría.
Entre los mejor situados en la general hubo mayores
diferencias que las que habitualmente consiguen en las etapas en línea con
final en alto. Supongo que esto sucede por varios motivos. En una cronoescalada
no puedes guardarte ni un gramo de fuerza, tienes que dar todo lo que tienes y
además no cuentas con la referencia física de otros corredores para que te
marquen el ritmo de la ascensión, por lo que las velocidades de subida son muy
diferentes y se producen mayores diferencias. Proporcionalmente, los ciclistas
doblados pierden mucho más tiempo desde que toman la salida hasta que son
doblado que una vez que les han dado caza.
En cuanto a la resolución del Giro, a Quintana le bastaron la
victoria en Val Martello y la demostración de fuerza de la Cima Grappa para
recortar todo el tiempo que llevaba perdido y sentenciar la carrera. Genio.
Sin novedades en el Zoncolan
El pelotón que tras diecinueve días de competición no estaba
para muchos trotes y permitió que se formara muy fácilmente la fuga. No sé si
se formó tan rápido la escapada por falta de fuerzas o por falta de ganas de
disputar, porque en este Giro, desde el primer día, ha resultado más fácil
coger la fuga que venderle preferentes a un jubilado.
Al final mucho lirili y poco lerele con el cacareado
Zoncolan. La pasividad del pelotón, comandado por el equipo Movistar, permitió
que los escapados volvieran a jugarse la victoria de etapa entre ellos. Entre
otros corredores, Cataldo (¡otra vez Cataldo! Que ha estado muy activo durante
todo el Giro), Michael Rogers, Nicolas Roche, Maxime Monfort, Franco Pellizotti
o Simon Geschke que fue quien comandó el grupo de los escapados en los primeros
kilómetros de ascensión al Zoncolan formaron una fuga de mucha calidad. En la
zona media de la subida, la extrema dureza de las rampas seleccionó de manera
natural el grupo y en cabeza solo quedaron Michael Rogers y el italiano de
Bardiani (nuevamente Bardiani), Francesco Bongiorno.
A tres de meta vivimos el episodio desagradable del día.
Bongiorno rodaba como podía a rueda de Rogers cuando un imbécil pensó que el
italiano de Bardiani necesitaba literalmente un empujoncito. Bongiorno se
desequilibró y tuvo que sacar el pie para no caerse. Lo justo para tener que
parar y volver a arrancar en una rampa durísima. Como es lógico, perdió la
rueda de Rogers y ya nunca pudo recortar la distancia que se había abierto
entre los dos. Su ritmo se vio tan perjudicado que únicamente pudo ser tercero
en la línea de meta después de que le diera caza Pellizotti, que rodaba varios
metros por detrás del dúo de cabeza. Rogers llegaba en solitario y se hacía con
su segunda victoria en un Giro al que había llegado in extremis y de
sorpresa. Primero Savona y después el Zoncolan, palabras mayores para el ya, de
por sí, importante currículum del ciclista australiano.
El darwinismo se apoderó también del grupo de favoritos y la
selección se hizo por su propio peso en un grupo del que tiró mucho y bien, por
fin, Igor Antón. La lástima es que, por contra de lo que los porcentajes del
puerto invitaban a pensar, no hubo grandes diferencias y por tanto no hubo
ningún cambio significativo en la general. Quintana y Urán llegaron juntos. Por
supuesto, Quintana, que subió el Zoncolán a rueda de su compatriota, le
esprintó a Urán para superarle en los últimos metros. Una cosa muy de Nairo que
debería mirarse él mismo.
Al final, el Zoncolan no fue más que otro día de trabajo en
la oficina. Eso sí una oficina muy jodida y con unas condiciones de trabajo muy
precarias... ¡las cosas de la crisis!
Mezgec frustra a Bouhanni
Y por fin acababa el calvario para muchos. Después de tres
semanas de competición, a todos les apetecía parar y dejar descansar un poco
las piernas. Pero antes de que eso ocurriera había que resolver el triunfo de
la etapa final. El habitual paseo triunfal del último día concluyó con un sprint
masivo en el que el esloveno de Giant, Luka Mezgec, se impuso al resto de los velocistas
del pelotón, entre ellos el triple vencedor de etapa Bouhanni, que solo pudo
ser cuarto en la meta de Trieste. Mezgec, que fue uno de esos fichajes de
puntos que promueve el nuevo sistema de la UCI, confirmó algo que ya apuntó el
año pasado: que es un ciclista muy válido y que es mucho más que puntos.
Imposible no acordarme ahora mismo del Euskaltel y sus fichajes de puntos del
año pasado: Robert Vrecer, André Schulze, Alexander Sereybrakov, Ricardo
Mestre... qué desastre.
Esto fue todo. Desde aquí, mi más sincera enhorabuena a Nairo
Quintana por su triunfo en el Giro. Y a ti, ya sabes, a seguir viendo ciclismo.
Escrito por:
@AbdonRV
No hay comentarios:
Publicar un comentario